Tráfico de niños en Sudáfrica

Tráfico de niños en Sudáfrica

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Drogas, prostitución y magia negra son los principales motivos que alimentan la práctica criminal en el país

El sitio iolnews.co.za publicó una historia más sobre el tráfico de niños, pero esta con final feliz. El bebe Ovayo, de 1 año y 9 meses, fue vendido por su abuela materna por un valor equivalente a 52 dólares. El negocio lo realizó con una mujer que estaría implicada en el tráfico de niños, en Khayelitsha, ciudad del Cabo.

La policía logró recuperar al niño y detener a la sospechosa debido a una denuncia anónima. La abuela del niño, al igual que la sospechosa, está detenida y ambas serán juzgadas por el secuestro y eventual tráfico infantil.

La madre del niño, Asiphe, cree que su hijo iba a ser usado en trabajos de magia negra, ésta es una de las prácticas más relacionadas con en el tráfico de niños en todo el Continente Africano.

El crimen organizado, operado por sindicatos bien estructurados está ubicado en Pretoria, Port Elizabeth, Johannesburgo y Bloemfontein, y recluta huérfanos dejados por la pandemia de SIDA que afecta al continente.

Estos sindicatos secuestran niñas de 8 a 16 años de edad para ser exploradas sexualmente; y sustraen niños para trabajos forzados y para usarlos como “camellos”, es decir, como transporte de drogas y otros productos ilícitos. También sirven en las haciendas sin ninguna remuneración ni la alimentación necesaria.

Las diferentes tipos de explotación identificadas son prostitución, pornografía, casamientos forzados, esclavitud doméstica, trabajos forcados, deudas de dinero, uso de órganos para fines de brujería, venta de órganos humanos y actividades criminales como el tráfico de drogas.

Departamentos gubernamentales estiman que hay 30 mil niños en la prostitución y 264 mil en trabajos forzados, una industria lucrativa de 40 billones de dólares por año. Otro dato publicado indica que cerca de 40 mil personas cruzan las fronteras víctimas del tráfico.

Esas personas son robadas o engañadas de zonas rurales y de países con índices de pobreza elevados. Se estima  que un niño de Malaui puede ser comprado por el  equivalente a 2.90 dólares; una mujer proveniente de Mozambique puede costar de 83 dólares a 144 dólares. Esa misma mujer tendrá que servir a 15 clientes por día, trabajando aunque esté enferma o embarazada.

La única forma viable de minimizar el tráfico humano, que esclaviza 27 millones de personas mundialmente, es divulgar el mensaje y concientizar a las personas de las promesas falsas de empleo, carrera y mejores condiciones de vida ofrecidas de forma engañosa para atraer a tantos inocentes.