Reciba el ADN de Dios

Reciba el ADN de Dios

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El Obispo Macedo explicó que la persona que tiene la fuente de agua viva en su interior no vive esclava de la emoción

El Obispo Macedo realizó su programa en la IURD TV y explicó que cuando la persona recibe el Espíritu Santo pasa a tener el ADN de Dios.

“El agua de la vida es el Espíritu de Dios que hace que usted tenga la mente divina. Y, después que se vuelve espiritual, usted adquiere el ADN de Él y deja de tener el ADN de Adán y Eva.

Por eso es que usted tiene que tener el Espíritu Santo, para pensar, razonar y tomar decisiones de acuerdo con Dios. Pero sepa que aún teniendo el Espíritu Santo estamos sujetos a tomar nuestras propias decisiones; no actuamos como robots, ya que Él nos da derecho a elegir y la decisión final depende de cada uno de nosotros”, explicó.

El obispo también enfatizó que una vez que la persona es llena del Espíritu Santo de Dios, se vuelve capaz de usar el 100% de la inteligencia, volviéndose más espiritual que emotiva. “Los problemas que surgen diariamente son consecuencia de los  sentimientos del corazón. Sin embargo, cuando la persona recibe el Espíritu Santo tiene capacidad de razonar como Dios. Por eso el  apóstol Pablo dijo que nosotros tenemos la mente del Señor Jesús”, aclaró.

Continuó el programa alertando a todos los que sufren en la vida sentimental, a no  desesperarse, sino buscar en Dios a la persona amada. “Para las personas que sufren por la vida sentimental, realizamos la Terapia del Amor, encuentro que hacemos los sábados, en todos los Cenáculos del Espíritu Santo. Muchos usan y abusan de las prostitutas y, de pronto, usted es esa servilleta tirada a la basura, usada por los hombres.  ¿Cómo ser feliz en el amor? Solo después que la persona recibe el Espíritu del Amor, que es el Espíritu Santo, adquiere discernimiento para elegir la persona correcta, alcanza el entendimiento para elegir a alguien capaz de completarla”, concluye.

El obispo Márcio Carotti y su esposa, Danielle, escucharon atentos el relato de la ex-miss San Pablo, Bruna Magalhães Leoni Santos, de 28 años, que ganó la representación en el concurso de 1997, cuando se presentó por la ciudad de Jundiaí, perteneciente al interior paulista. Ella contó que, durante años, vivió aparentando, mostrando una felicidad que no tenía y que solo encontró la verdadera paz cuando recibió el Bautismo con el Espíritu Santo.

«Era una persona vacía, triste y sentimentalmente frustrada», relata. Hoy, Bruna encontró la satisfacción personal que tanto buscaba, está casada con un pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios y, diariamente, ayuda a las personas que sufren el mismo problema que alguna vez padeció.