«Me gatillaron dos veces, pero la bala no salió»

Ángel: «Antes de conocer el tratamiento, consumía marihuana y cigarrillos para tapar la depresión y la ansiedad. Sin embargo, los vicios solo empeoraban la situación.
Empecé a juntarme con un grupo de amigos y a consumir más. Por no pagar la droga, recibía amenazas de muerte. Llegué al punto de robar porque no tenía dinero.
Cuando no podía comprar drogas y quería tapar esa angustia que sentía debido a los problemas familiares, rompía una botella de vidrio y me hacía cortes en el cuerpo.
En una oportunidad, en un boliche me encontré con la persona que me había amenazado de muerte. Trató de matarme y me apuñaló. Corrí y, cuando llegué a una esquina, me cruzó una moto, me tiraron al piso, me pusieron un arma en la cabeza, gatillaron dos veces, pero la bala no salió. Ese fue el peor momento de mi vida.
Llegué a mi casa y mi papá me invitó a participar del tratamiento para la cura de los vicios. Acepté porque no quería quedarme allí, tenía miedo de que me fueran a buscar para matarme. Cuando llegué a la reunión, unas personas se me acercaron y me hablaron. Eso me sorprendió porque yo siempre me sentía juzgado por los demás. Esa vez me sentí aceptado.
Empecé a ir más seguido y experimenté cambios. Dejé a mis amistades porque no me hacían bien, cambié mi forma de comportarme y mis actitudes. En el tratamiento encontré la paz que en los vicios no hallaba. Pude dormir bien y caminar con tranquilidad por las calles, sin la necesidad de andar armado. Hace ocho años que ya no consumo, no tengo abstinencia, no tomo, no robo, no hago las cosas que hacía antes».
Participe del Tratamiento para la Cura Definitiva de Todos los Vicios, a las 15 h, en la Universal más cercana de usted.