Máximas de Salomón 23

1 – Esté atento a lo que usted va a comer. Si usted es una persona que come desenfrenadamente, busque cambiar ese hábito (Proverbios 23: 1-2);
2 – No quiera ser como la persona envidiosa, ni quiera tener lo que ésta tiene (Proverbios 23:6);
3 – De la manera que usted se imagina así mismo, es usted (Proverbios 23:7);
4 – Tampoco pierda tiempo con la persona falsa, desagradable, que se cree mucho de sí misma, porque no tendrá en cuenta las cosas útiles que usted le diga (Proverbios 23:9);
5 – A diferencia del tonto, que no escucha lo que le enseñan, procure practicar las cosas sabias que aprende (Proverbios 23:12);
6 – Si usted tiene hijos pequeños, disciplínelos siempre que sea necesario. Porque, castigándolos cuando fuera preciso, librará su alma del infierno (Proverbios 23:13-14);
7 – ¿Quiere agradar el corazón de Dios y darle un gran placer? Tenga un corazón sabio, que busca hacer las cosas correctamente, y no diga malas palabras, sino palabras que edifiquen (Proverbios 23:15-16);
8 – No envidie a las personas que viven haciendo el mal, sino persevere en temer a Dios día tras día, porque usted será recompensado y no quedará frustrado (Proverbios 23:17-18);
9 – Apártese de las personas que se embriagan, y de los golosos. Porque tanto uno como el otro terminan en la pobreza (Proverbios 23:20-21);
10 – Escuche siempre a sus padres, respételos y no los desprecie cuando envejezcan. Además, deles alegría siendo sabio y justo (Proverbios 23:22-24);
11 – ¿Quiere saber para quién son los dolores, las angustias, las contiendas, las ofensas, las heridas sin causa y los ojos rojos? Para quienes beben mucho, se embriagan, y buscan bebida mezclada (Proverbios 23:29-30);
12 – Huya de la tentación, de la bebida fuerte y de la embriaguez porque tendrá alucinaciones y dirá palabras negativas, perversas, de destrucción. Y será tan vulnerable como si se deleitase en el medio del mar o durmiera en la punta de un mástil. Entonces correrá el riesgo de golpearse, y encima decir que no sintió nada. Y siempre será el mismo ciclo, cada vez que vuelva a embriagarse (Proverbios 23:31-35).
Basado en el capítulo 23 del libro de Proverbios