Martes – Cadena de los 70

Graciela: «Tenía una enfermedad congénita en los riñones. Uno operaba el veinte por ciento y el otro, un treinta. Cuando tuve los dos infartos, dejaron de funcionar y no me podían colocar los estents. Luego lograron revertirlo. El médico me había dicho que después me tenían que hacer diálisis. Asistí a las reuniones de sanidad y los resultados de los análisis indican que mis riñones están funcionando de forma normal, sin diuréticos. Dios me sanó».

Olga: «Me habían diagnosticado herpes zóster, una enfermedad que provoca vesículas pequeñas llenas de líquido y provoca mucho dolor debido a que afecta los nervios. Tenía erupciones y se habían expandido al estómago. Asistí a las reuniones de sanidad y hoy no tengo nada. En los estudios que me realizaron los resultados salieron perfectos. Mi piel quedó como la de un bebé».