Luchar hasta la última gota de sangre

Luchar hasta la última gota de sangre

Por

sangre2014
En la vida tenemos básicamente dos elecciones cuando se trata de desafíos, adversidades, malas noticias o tragedias: desistir o luchar con todo lo que tenemos para superarlo.

No hay duda sobre qué elección es la más fácil a corto plazo. Desistir trae un alivio inmediato, el fin de la presión, la llegada de un descanso. Pero todo eso a largo plazo se transforma en amargura, sentimiento de fracaso, y descreimiento en sí mismo.

Luchar hasta la última gota de sangre es doloroso a corto plazo. El mayor enemigo no es ni siquiera el problema, sino esa voz que no quiere callarse en su mente: “Desiste, ya no hay una solución, no vale la pena”. La buena noticia es que a largo plazo ese dolor se transforma en satisfacción y la voz pasa a ser: “Venciste. Puedes aún más.”

Usted no elige el problema, pero luchar o desistir es exclusivamente su decisión.

Extraído Blog Obispo Renato Cardoso