Los peligros de ser una embarazada obesa

La obesidad es una enfermedad crónica que cada vez afecta a más personas en el mundo.
En este tema, las embarazadas no son la excepción. Cada día llegan a la consulta de los ginecólogos más mujeres embarazadas obesas. “En los hospitales entre el 50 y 70% de las mujeres se embaraza en estado de obesidad, mientras que en las clínicas ocurre en apenas un 5%, pero en ambas poblaciones esta tendencia va en aumento”, sostiene el doctor Rodrigo Sáez, ginecólogo de Clínica Alemana.
Otra de las razones que argumenta el especialista para explicar esta tendencia es que las mujeres están tendiendo a embarazarse a mayor edad, lo que conlleva, generalmente, a que tengan un Índice de Masa Corporal (IMC) más elevado.
Tener muchos kilos extras puede complicar un embarazo e, incluso, puede afectar la fertilidad femenina, ya que estas mujeres sufren problemas de ovulación por trastornos endocrinos o metabólicos, como resistencia a la insulina, diabetes o hipotiroidismo. Estas patologías se asocian tanto con las causas de la obesidad como con alteraciones del equilibrio hormonal necesario para que una mujer sea fértil. La manifestación más frecuente es la alteración de la regularidad de los ciclos menstruales, ya que se suele presentar ausencia de menstruaciones (amenorrea) o intervalos de tiempo muy largos entre una y otra.
En cuanto al riesgo, es mayor mientras más elevado sea el IMC. Esto significa que aquellas mujeres con sobrepeso tienen un riesgo menor que las obesas, pero mayor que las embarazadas de peso normal.
“Durante el embarazo, las mujeres obesas tienen entre tres y cuatro veces más riesgo de tener un aborto en el primer trimestre o, más tarde, un feto muerto in útero. Estos peligros son propios de la obesidad ya que se ven incluso en aquellos embarazos de obesas que no se han complicado por diabetes gestacional, hipertensión o trombosis”, sostiene.
Riesgos durante el embarazo
– Tres veces más riesgo de infecciones génito-urinarias
– Diabetes gestacional
– Preeclampsia
– Trombosis venosa.
Estas dos últimas enfermedades son las causantes de aproximadamente el 50% de las muertes maternas asociadas a embarazo.
El feto también puede verse afectado porque los hijos de madres obesas tienden a tener de dos a tres veces más riesgo de nacer con espina bífida, onfalocele y malformaciones cardíacas. Además, es más difícil realizar los controles. “Hacer un diagnóstico ecográfico adecuado de la anatomía fetal es todo un desafío, puesto que la calidad de las imágenes se deteriora progresivamente con el mayor tejido graso materno y se dificulta poder distinguir con precisión la anatomía del feto”, sostiene.
Además, durante el parto, estas mujeres enfrentan una mayor probabilidad de tener sangrado, cesárea y uso de fórceps. También podrían padecer infección en la herida operatoria y trombosis venosa postparto.
El peso materno antes y durante el embarazo también influye directamente sobre el peso fetal. Los hijos de mujeres obesas suelen pesar entre 4 y 4,5 kgs al nacer.