La Justicia no condena los cortes de calles

El 76,5% de las causas se archivan y las condenas se resuelven con trabajos sociales; en la Capital hay cuatro cortes cada 24 horas.
Los absolvieron por hacer un piquete y festejaron con un piquete. ¿El colmo de los colmos? No. Esto sucedió hace apenas siete días después de que la justicia contravencional porteña dio a conocer el fallo que benefició a tres estudiantes universitarios que habían sido procesados por bloquear el tránsito en avenidas porteñas a fines de 2009.
Este ejemplo es sólo una muestra. En una ciudad donde circulan a diario 1,8 millones de vehículos, los cortes de calles, especialmente en el centro, provocan atascamientos que hasta llegan a triplicar los tiempos de viaje. Y por día, en promedio, hay que sortear al menos cuatro.
Según cifras del Ministerio Público Fiscal, de las causas que se iniciaron entre 2006 y 2009 por obstaculizar la circulación de vehículos en la vía pública, el 76,5 por ciento se archivó.
El Código Contravencional sanciona en su artículo 78 a quienes cortan calles obstruyendo el tránsito con penas de uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o una multa de 200 a 1000 pesos.
Además, existe una resolución de 2003 del Ministerio Público porteño que indica claramente cómo se debe actuar ante un piquete:
– Si el corte lo provocan menos de 30 personas, la fuerza de seguridad debe garantizar que esa gente proteste en las veredas o en una plaza.
– Si son más de 30 personas, debe garantizarse la circulación vehicular y sólo pueden ocupar un carril de la calzada.
– Si la marcha es móvil, debe realizarse un ordenamiento del tránsito.
Sin embargo, esto rara vez sucede. «En los primeros tiempos de esta resolución podíamos cumplirlo. Pero, desde 2007, se complicó muchísimo la coordinación con la Policía Federal», sostuvo el fiscal general adjunto, Luis Cevasco. Claramente la fecha coincide con la asunción de Mauricio Macri como jefe de gobierno.
Propuesta
Los puntos más conflictivos para la circulación y donde más manifestaciones se producen en la ciudad de Buenos Aires son: Callao al 100, frente a la Dirección Nacional de Relaciones del Trabajo; Leandro N. Alem al 600, ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, y la avenida 9 de Julio y Corrientes, desde donde habitualmente parten marchas rumbo a la Plaza de Mayo.
Según los registros del gobierno porteño, fueron pocos los cortes que se produjeron en arterias alejadas del centro. La mayor cantidad de interrupciones ocurrió en la avenida Callao: sufrió 32 piquetes durante los 52 días en que se hicieron las mediciones. La mayoría, 20, fueron realizados en las cercanías del Congreso de la Nación y al 200 de esa arteria, frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires.
Mientras tanto, en la Legislatura hay dos propuestas para reformar el código. Una, la propuesta de Pro que prohíbe en toda la ciudad de Buenos Aires participar en manifestaciones con el rostro cubierto y castiga con penas de cinco a veinte días de arresto a los infractores. Además, agrava las penas por portación de palos, bastones, fierros o cadenas durante las marchas y las sube a entre 10 y 40 días de arresto.
El otro plan, impulsado por Diego Kravetz, también prohíbe los cortes pero en calles específicas, que son las que el gobierno debe señalar como prioritarias para la conformación de un corredor de emergencia.
«Todos deberíamos hacer un esfuerzo por debatir el tema. Este proyecto intenta que se armonice el derecho de peticionar y el de reclamar. Obviamente puede ser mejorado, pero creo que lo peor es no tomar posición y dejar que todo pase y sea la fuerza arbitraria la que resuelva. En ese sentido esperemos que tenga despacho este año para poder discutirlo en el recinto», dijo Kravetz a La Nacion.
Cristian Ritondo, jefe del bloque Pro, sostuvo que este último puede ser una alternativa al proyecto oficial: «Con esta estadística es necesario normalizar la situación. La ciudad no puede seguir viviendo así. No hay ciudad en el mundo que pueda soportarlo. Es necesario debatir algo en serio». El diputado promoverá, además, un proyecto de ley que prohíba el acampe en las calles.
Si a los cortes en la Capital se les suman los que se ocurren en el conurbano, el promedio sube a seis por día. Los cálculos indican, por ejemplo, que quienes viajan al centro porteño desde Pilar antes demoraban unos 50 minutos. Hoy ese viaje demanda, aproximadamente, una hora y media.
Fuente: La Nacion