Israel: Tierra de leche y miel, tal como dicen las escrituras

En la Biblia, Dios le promete al pueblo judío una tierra de la que fluye leche y miel. Aunque es una imagen de abundancia, también es literal.
Israel tiene el mérito de ser el único país en el mundo que, al final del siglo 20, tenía más árboles que los que tuvo al comienzo del siglo. En ganadería sucedió algo similar. Un país que no tenía ganado tiene hoy más de 100,000 vacas lecheras, y, la vaca israelí, como dice la canción, «no es una vaca cualquiera».
Moshe Kempinsky de la Tienda Bíblica Shorashim, explica que “La leche y la miel se mencionan 20 veces en las Escrituras”. Pero cuando el pueblo judío regresó de 2 mil años de exilio encontró una tierra estéril. Kempinsky, dice que ese fue el plan de Dios.
“Dios dice, haré algo maravilloso. Crearé una tierra que aunque el clima no le favorece, será una tierra llena de dátiles y miel y también de leche, para que sepas que nada aparece acá, nada en esta tierra viene acá si no es por mí”.
Y Dios ha cumplido esa promesa
Pese al calor, la humedad y recursos limitados, la vaca israelí produce más leche al año que las vacas en Estados Unidos, Europa y Australia. Esto se debe a que, según las cifras publicadas, la cantidad de producción anual de grasa y proteínas por vaca en Israel es la más alta del mundo.
Si hubiera un certamen mundial de «Miss Vaca Lechera», la vaca israelí, cuyo promedio de producción excede los 10,000 litros anuales, ganaría fácilmente el título. Sus principales competidoras, la vaca americana con 9,300 litros, la japonesa con 7,500 litros, la europea con 6,100 litros, y la australiana con 5,600 quedan muy atrás.
La producción de leche en Israel se caracteriza por sus modernos sistemas de producción y altos rendimientos. Un intenso programa de mejoramiento genético, aunado a la aplicación de nuevas tecnologías para el manejo de la alimentación, sanidad y control del stress calórico han logrado obtener una raza de alto potencial productivo capaz de adaptarse a las difíciles condiciones climáticas del país, alcanzando una producción anual de leche considerada entre las más altas a nivel mundial.
“Y seguimos en aumento”, expresa Ronén Gal director de operaciones en la lechería Kubbutz Votvatá, la mayor lechería de este tipo en el país. «Somos considerados líderes en la producción de leche en el mundo», dijo. «La producción de leche en Israel es muy inteligente. Es de alta tecnología.»
Las exportaciones de tecnología Israelí relacionada con el sector lechero incluyen sistemas de ordeñe y alimentación computarizada, sistemas de refrigeración del ganado (para reducir el estrés por calor en las vacas durante los veranos cálidos y secos en Israel), así como equipos de procesamiento de leche (en particular, en pequeñas granjas lecheras), consultoría y desarrollo de proyectos internacionales conjuntos.
La línea genética de vacunos Israelí – Holtein, se caracterizan por una mejor adaptación y rendimiento bajo condiciones climáticas cálidas, lo que hace que la importación de novillos, embriones y semen congelado de Israel sea muy atractivo para países con condiciones climáticas adversas.
La producción lechera es una buena fuente de ingresos en Israel, tanto para las granjas familiares como para las granjas comunales. Además, el valor añadido de productos lácteos también es una buena fuente de ingresos.
¿Y qué de la miel?
Muchos creen que la miel de tiempos bíblicos vino de árboles de dátiles. La doctora en botánica Elaine Sólowe, emigró de Estados Unidos al Kibbutz Ketúra, cerca de Yotvata, en 1974.
“Comencé como directora de la división de huertos, y era gracioso porque en esa época no teníamos huertos. En los primeros años fui responsable de sembrarlos, y el primer huerto que sembré fue el huerto de dátiles, la rama principal de agricultura del Kibutz”.
Hay decenas de miles de acres de árboles de dátiles en Israel. Soloway sembró unos tres mil árboles aquí. Cada uno de estos árboles produce unos 160 kilos de dátiles al año. Soloway incluso sembró una semilla de dátil de hace 2.000 años que los arqueólogos encontraron en masada. Apodado Matusalén, el árbol ya tiene cinco años.
Producción de renombre mundial
Los dátiles y las palmeras eran importantes en la Biblia, y dátiles de esta área eran famosos en el mundo antiguo. “Los romanos no hablaban bien de los judíos, excepto que tenían buenos dátiles. Y sus emperadores pedían dátiles judíos para comer, y había unas variedades muy buenas en aquellos días y eran famosos en el mundo conocido”, indicó la doctora Soloway.
Hoy, los dátiles israelíes siguen siendo famosos en el mundo. Israel exporta unas 12 mil toneladas anuales a 20 países. La miel de dátil, también llamada jarabe o almíbar de dátil, es un jarabe dulce y marrón obtenido a partir de extracto de esta fruta. Soloway sigue trayendo vida nueva al desierto. Solowey indicó haber consultado en la Biblia: “Los árboles bíblicos, si crecieron aquí en los días de antaño, ¿por qué no crecerían ahora? Estamos reintroduciendo árboles de incienso y mirra, que probablemente aparecieron en tiempos del Rey Salomón.
“Los israelíes consumen 3600 toneladas de miel al año y las ventas de este producto se sitúan en 27 millones de dólares” así lo informó el Consejo de Productores de miel. En Israel hay hoy 90.000 colmenas inscriptas, de ellas 60.000 se ocupan de crecimientos de agricultura para el polen. En Israel hay unos 450 criaderos de abejas. Cada colmena produce 45 kilos al año y la mayor producción se concentra entre los meses de Mayo a Agosto.
Las abejas en Israel son alimentos italianos y con la ayuda del Keren Kaiemet (Fondo de Intercambio Agrario) dan 100.000 plantas de polen al año. Hay algunos que son los más difundidos, pero en los últimos años se ha incrementado la miel de plantas como la palta, el eucalipto, entre otras que también se identifican con distintas zonas. Las características que dividen entre miel y miel tienen que ver con el color, el gusto y el aroma.
Por todo esto se dice que cada dátil que se come y cada vaso de leche que se toma aquí es un cumplimiento profético.