Información falsa sobre la leche

Ha pasado un aviso falso que advierte “la reutilización de la leche una vez caducada”
“¿Sabes que la leche en cartón que no se vende dentro del plazo de caducidad, regresa a la fábrica para ser repasteurizada y vuelve al supermercado nuevamente?” Así comienza un correo distribuido de forma masiva. Una afirmación falsa que siembra la duda sobre si la leche que se consume es adecuada o procede de repetidas rehigienizaciones que merman su contenido en nutrientes.
El correo, además, aconseja fijarse en un pequeño número que se exhibe en la parte inferior del envase y que, según esta falsa información, indica el número de repasteurizaciones realizadas a la leche, hasta cinco. Siempre según este falso chisme, habría que elegir entre los números más bajos para asegurarse que la leche aún conserva algunas de sus propiedades nutricionales y no se ha sometido una y otra vez a tratamientos térmicos.
Sin embargo, este número que aparece en los envases, lejos de indicar las veces que la leche ha sido reutilizada por el fabricante, es un código referente al propio envase. La numeración en la base de los envases se relaciona con un código de los fabricantes de envases.
Los envases de cartón de leche se producen en grandes bobinas, y cada una de ellas contiene varios rollos. A su vez, cada rollo recibe una numeración del uno al cinco que permite identificar en qué posición de la bobina se ha producido un determinado envase. Con cada pedido de envases formulado por una empresa productora de leche se genera un número secuencial, que sirve para el rastreo de la producción. Según el difamatorio correo, la legislación permitiría a las centrales lecheras repetir este ciclo de tratamientos térmicos hasta cinco veces, afirmación falsa ya que la normativa comunitaria vigente en la Unión Europea prohíbe la reutilización de alimentos caducados para el consumo humano.
Mentiras en alimentación
Un chisme (hoax en inglés) es un intento de hacer creer a un grupo de personas que algo falso es real. El uso de herramientas de comunicación de gran difusión hace que este tipo de noticias falsas tome dimensiones colosales y siga una progresión geométrica de envíos. La finalidad de estos “engaños masivos” puede ser muy diversa, desde el desprestigio de un producto concreto dentro de una guerra comercial hasta la recogida de datos debido al rastro de los correos electrónicos generados.
A menudo, estas falsas notificaciones están relacionados con la salud, con importantes repercusiones en este sentido y apelan a la responsabilidad y la conciencia del receptor para realizar nuevos reenvíos a las personas que preocupan.
La recomendación no puede ser más clara: contrastar la información recibida bien a través de los organismos oficiales acreditados o de los propios fabricantes mediante el teléfono de información al consumidor.
Otras noticias falsas relacionadas con los alimentos son evitar un conocido lácteo funcional (probiótico) entre menores por su efecto negativo sobre la salud ya que presuntamente inutilizaría el organismo para generar sus propia flora bacteriana (punto este del todo imposible), o el reciente informe que de manera hipotética demostraría que los imanes de las neveras crean un “campo electromagnético” que altera la composición atómica de los alimentos y los convierte en dañinos para la salud.
Científicos que suscriben el comunicado en el ámbito personal y centros de investigación inexistentes, amenazas contra la salud y petición de reenvios a otras personas son algunas de las características que más se repiten. En caso de recibir una misiva de este tipo, debe buscarse siempre información veraz, fiable y de primera mano y, desde luego, no reenviarlo.
“¿Sabes que la leche en cartón que no se vende dentro del plazo de caducidad, regresa a la fábrica para ser repasteurizada y vuelve al supermercado nuevamente?” Así comienza un correo distribuido de forma masiva. Una afirmación falsa que siembra la duda sobre si la leche que se consume es adecuada o procede de repetidas rehigienizaciones que merman su contenido en nutrientes.