Hombres de la Biblia: Mateo, de judío a seguidor de Cristo

Mateo era un discípulo muy improbable cuando Jesús se acercó a él y simplemente le ordenó: “¡Sígueme!” (Mateo 9:9) En el mismo instante, dejó el trabajo y comenzó a seguirlo.
En la palabra, queda demostrado que él era un hombre de posesiones al ofrecer un banquete, en su propia casa, para publicanos y pecadores (Mateus 9:10), junto a Jesús y a sus discípulos, lo que dio origen a una de las enseñanzas de Cristo (Mateo 9:11-13). Pero, a pesar de ser rico y letrado, Mateo no pensó en esas cosas cuando recibió un llamado de Jesús.
En el libro de Lucas, Mateo también fue llamado Leví (Lucas 5.27-29). Por este motivo, algunos estudiosos creen que este era su nombre antes de seguir a Jesús, Quien le dio un nuevo nombre, que significa “dádiva de Dios”. Sin embargo, hay otras investigaciones que indican que Mateo era miembro de la tribu sacerdotal de Levi.
Algunos lo señalarían como hombre de coraje, de actitud, decidido, pero Mateo fue más allá: fue desprendido de las cosas que lo rodeaban. Dejó todos los beneficios que el dinero podría ofrecerle y, sin importarle, siguió a Jesús (Mateo 10:2-3).
Enseñanza
Además de andar con Él, relató sus experiencias como uno de sus discípulos. Fue un apóstol dispuesto a renunciar a todo para estar y vivir las experiencias de Cristo, con Él.
El libro de Mateo presenta a Jesús como el Mesías judío esperado por muchos. El mismo contiene los 5 sermones considerados las enseñanzas que más tiempo le consumen a Sus seguidores. Es una mina de oro para todos aquellos que ya Lo conocen y para aquellos que quieren conocerlo mejor. Eso se debe a que transmitió lo que Cristo pensaba y muestra cuáles son las actitudes correctas en determinadas situaciones.
Mateo fue un ejemplo de servicio, obediencia y superación de sus conquistas materiales. Que nosotros también podamos ser menos apegados a las cosas de esta Tierra, para darle más valor al amor, la amistad, el compañerismo y, por encima de todo, a Dios.
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