¿Estamos caminando hacia el fin?

Las señales de que el mundo vive sus momentos finales están por todos lados y se pueden ver de varias maneras. Esto comprueba que la Biblia no es un mero libro de historias y que el tiempo para buscar a Dios se está agotando
El cielo con sus tonalidades de azul, que de vez en cuando adquiere otras tonalidades durante el amanecer y el atardecer. Los árboles y flores que nacen de la tierra, con colores, texturas, formas y perfumes singulares. El vaivén de las olas del mar, que crea una melodía sin igual. ¿Qué tienen en común esas cosas? A veces, esos y otras tantos detalles naturales pasan desapercibidos a diario, sin embargo, cuando nos detenemos a contemplar tanta belleza, es nítido que el Creador está por detrás de todo.
El problema es que, a pesar de todo el esplendor que refleja el cuidado de Dios con Su creación, la naturaleza también ha sido el megáfono de Él para llamar la atención del ser humano, conforme a lo que está registrado bíblicamente: «Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora…», Romanos 8:22. Solo que no es cualquier gemido. El cielo, la tierra y el agua han usado una fuerza descomunal para sacudir al ser humano y revelarle una innegable verdad, mientras grita: «¡Estamos cerca del fin!».
En el libro La tierra se prenderá fuego, el obispo Renato Cardoso dice que es lamentable que la humanidad tenga que afrontar tantas calamidades para volverse a Dios y, aun así, muchos no se arrepentirán de sus malos caminos. «Dios le ha estado hablando al ser humano, advirtiéndole desde el jardín del Edén. Nadie puede excusarse diciendo que fue por falta de aviso. El tiempo de la Salvación se está terminando. La relación entre hechos globales y profecías apocalípticas se ha estrechado a tal punto que no deja lugar a dudas, estamos viviendo el comienzo apocalíptico», escribió.
Llegamos al principio de dolores
Mire a su alrededor, vea lo que le ha sucedido al mundo en los últimos años, meses, semanas y días. Las señales descritas en el Libro Sagrado hace siglos se están cumpliendo en todas partes, una a una.
«Respondiendo Él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. […] Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en Mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de Mi nombre […] y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.» Mateo 2,4-9,12
Durante una semana, los judíos celebran el Sucot, la Fiesta de los Tabernáculos, reuniéndose con sus familiares y amigos para disfrutar momentos de alegría. Menos de 24 horas después del fin de las conmemoraciones, habitantes del sur de Israel, que se encuentran en la frontera de la Franja de Gaza (un territorio palestino), fueron sorprendidos por un ataque terrestre organizado por el grupo terrorista Hamas. En pocas horas, el ataque se cobró la vida de centenas de personas e hirió a otras miles, mientras decenas fueron secuestradas y llevadas fuera de Israel. Todo quedó registrado y fue divulgado por los propios autores del ataque, lo que hizo que, después de 17 años, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, le declarara al mundo: «Estamos en guerra», frente al ataque más mortal contra los judíos en los últimos años.
A pesar de que las noticias tomaron al mundo por sorpresa, haciendo que miles de personas se unieran en oración por los judíos, palestinos y libaneses, el que les presta atención a los detalles de la Palabra de Dios sabe que esta es la señal más evidente de que estamos viviendo el principio de dolores.
El desamor nos impacta, las guerras y los rumores de guerra son cada vez más constantes, el hambre ya no es saciada, las pestes surgen con el nombre de «nueva variante», el odio a los verdaderos cristianos y la verdad se ha intensificado, y las catástrofes causadas por la naturaleza son cada vez más frecuentes, alarmantes y devastadoras. Estas señales existen desde el comienzo de la humanidad, pero nunca fueron tan evidentes y constantes como en este siglo.
Terremotos devastadores
Los terremotos, por ejemplo, suceden todos los días alrededor del mundo y la intensidad de algunos deja un rastro devastador. ¿Usted recuerda el terremoto que hubo en Turquía y en Siria al inicio de este año? La región sufrió un temblor de 7,8 en la escala de Richter, volviéndose el más letal en la historia de Turquía, al dejar más de cincuenta mil muertos en el país y más de ocho mil muertos en Siria, además de miles de personas heridas y sin hogar.
Meses después, hasta Brasil tembló. Según el Centro de Sismología de la Universidad de San Pablo (USP), en la mañana del 16 de junio, las ciudades de Miracatu, Iguape e Itariri, en el interior paulista, fueron el epicentro de un temblor de magnitud de 4,0. El impacto no dejó víctimas, al contrario del que afectó a Marruecos hace algunas semanas, con una magnitud de 6,8 en la escala de Richter, el cual dejó como resultado casi tres mil víctimas fatales y más de trecientas mil personas afectadas. No obstante, no sola la tierra da señales, sino también el cielo.
Vientos y tempestades
Solo en lo que va del año, el NHC (Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos), registró que 13 huracanes y 18 tempestades tropicales se formaron en los océanos Atlántico y Pacífico.
Mientras tanto, en una escala sin precedentes, a principios de septiembre, la ciudad de Derna, en Libia, fue devastada por la tempestad Daniel, que provocó inundaciones y el colapso de dos represas. Se estima que más de once mil personas murieron y miles están desaparecidas. Esta se volvió la inundación más mortal registrada al norte de África y, según Martin Griffiths, subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, ciudades enteras fueron «borradas del mapa».
Temperaturas extremas y fuego brutal
Después del diluvio, en la época de Noé, Dios prometió que la tierra no sería nuevamente destruida de esa manera, lo que nos lleva a hablar de la temperatura elevada de la tierra, indicando que está a punto de prenderse fuego. Según el informe de Copernicus (Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea) y la OMM (Organización Meteorológica Mundial), 2023 ya registró los meses más calientes en los últimos 120 mil años. En otras palabras, en toda la historia, la tierra nunca estuvo tan caliente.
El calor extremo ha matado personas en todo el mundo y ha agravado incendios forestales, como en Canadá, Grecia, Italia, Portugal, Turquía, Argelia, China y muchos otros países.
En una reunión de la Vigilia por el Alma, realizada en el Templo de Salomón, San Pablo, los domingos a las 18 h, el obispo Jadson Santos destacó que la tierra está gimiendo a causa del hombre: «Tenemos el calentamiento global, el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel del mar. En Jeremías 12:4 dice: “¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los ganados y las aves; porque dijeron: No verá Dios nuestro fin”. ¿Hasta cuándo? La tierra se está lamentando, usted ve la naturaleza furiosa, gimiendo, esperando realmente el fin de todo». Y adivine, las señales no se terminan por aquí, se puede ver evidentemente la preparación del escenario perfecto para que todas las profecías del Apocalipsis sobre los últimos años de la humanidad se cumplan.
He ahí el avance tecnológico
«Queridos amigos, es una honra para mí estar aquí y predicarles como la primera inteligencia artificial en la convención de protestantes de este año en Alemania», ¿usted entendió quién presidió la reunión? La inteligencia artificial.
El 9 de junio de este año, más de trecientas personas se reunieron para un culto durante la Deutscher Evangelischer Kirchentag Nürnberg (Congreso de la Iglesia Evangélica
Alemana), en Fuerth, Alemania. Jonas Simmerlein, teólogo y filósofo de la Universidad de Viena, decidió que el culto religioso de la Iglesia de San Pablo (St. Paul’s Church) debía ser ministrado por el ChatGPT, de la OpenAI. Durante 40 minutos, cuatro avatares cantaron, oraron y predicaron.
Seamos realistas: durante siglos, los avances de la humanidad caminaron a pasos lentos, pero, en las últimas décadas, lo han hecho a pasos agigantados. Un culto ministrado por inteligencia artificial es solo una de las hazañas que la tecnología es capaz de proporcionar. Esta está presente en celulares, computadoras, cámaras e incluso en la automatización de las casas. Además, es capaz de crear o manipular imágenes y videos, y está sustituyendo a los hombres en el ambiente laboral por medio de robots, los cuales van desde mascotas, conductores y personal trainers hasta escobas.
Todo está preparado
El avance tecnológico, que le ofrece al ser humano todo el conocimiento en la palma de la mano, es capaz de crear tanto memes para redes sociales como bombas devastadoras para la guerra.
¿Estas señales no son un presagio de lo que está por venir, lo cual permitirá la dominación total del anticristo en un futuro breve? No hay cómo ignorar esto ni distraerse.
¿Esto lo asusta? ¡Cuidado!
«… principios de dolores son estos. Pero mirad por vosotros mismos…», Marcos 13:8-9, todo lo que la humanidad vivió y ha vivido es solo una muestra del verdadero fin: «… porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá», Marcos 13:19.
En medio a tanto caos que está por surgir, ¿quiere una buena noticia? No necesitamos estar aquí para presenciar lo peor, estamos siendo alertados no solo de que el final está cerca, sino de que nuestra alma puede ser salva. Cuando tenemos la certeza de la Salvación, no hay miedo ni somos tomados desprevenidos. «Usted se asusta cuando está distraído. Cuanto más distraído está, más fácil es asustarlo. Las personas están distraídas espiritualmente y no les están prestando atención a las señales del regreso del Señor Jesús. Si ellas no se despiertan, serán tomadas por sorpresa y se quedarán. Usted puede ver que el ser humano vive preocupado por los placeres de este mundo y no por el alma ni por su Salvación», alertó el obispo.
El fin está a la espera
Las señales mencionadas y tantas otras solo anuncian que la llegada de los cuatros jinetes, el reinado del anticristo, la apertura de los sellos y el derramamiento de las copas
está cerca, así como se describe en el libro de Apocalipsis. Sin embargo, creemos que la iglesia (los verdaderos cristianos) será librada de la gran aflicción que vendrá sobre el mundo después de la apertura del primer sello. Conforme lo que dijo Jesús, a este evento se lo conoce como «arrebatamiento».
«El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.» Lucas 21:33-36
Por este motivo, es necesario tener un cuidado primordial con el alma: «Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo», Marcos 13:32-33. Ese tiempo llegará en un abrir y cerrar de ojos, y puede suceder con el arrebatamiento de la iglesia o cuando el alma deje de habitar el cuerpo terreno para vivir la eternidad espiritual, sea al lado del Creador o no.
¿Usted está preparado? Si lo está, persevere hasta el último instante. En caso de que no lo esté, vuélvase a Dios, arrepiéntase y persevere hasta el fin.
Para ayudarlo en esta decisión tan importante, participe todos los miércoles y domingos en la Universal más cercana a su domicilio. Abra sus ojos, reconozca las señales y cuide su Salvación, como describe y alerta Romanos 13:1: «Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra Salvación que cuando creímos».