En una vida en sociedad con Dios, no existen los límites

En una vida en sociedad con Dios, no existen los límites

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“En el Congreso mis sueños se cumplieron”

Enrique: “Cuando llegué a la iglesia, vine con mi vida destruida. Yo trabajaba, pero no veía ningún resultado en lo económico.

Era muy trabajador, muy disciplinado, pero no me alcanzaba la plata. Trabajaba una quincena y a los dos o tres días de cobrar no tenía plata. Era una situación muy humillante.

Llegué a la Universal y no tenía ninguna perspectiva de vida. Aprendí que podía tener mi propia empresa y gente trabajando para mí.

Ahora tengo un restaurante y un local de decoración. Vendemos pinturas, tenemos gente que hace hormigón. En dos semanas me entregan uno de los sueños que tenía: una camioneta Amarok, todas estas conquistas fueron viniendo al Congreso”.

“Me aumentaron el sueldo”

Emiliano: “Había dejado de venir los lunes, pero volví y vine determinado. Cuando vengo al Congreso salgo con visión y motivado. Por eso, cuando pasó el Arca hice un clamor y a los pocos días me aumentaron el sueldo”.

 

 

 

 

Participe del Congreso para el Progreso todos los lunes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro o haga clic aquí y vea las direcciones donde se lleva a cabo la reunión.