El mejor amigo del perro

Los científicos austríacos descubrieron que la interacción entre el ser humano y los perros es mayor cuando el dueño del animal es del sexo masculino. Curiosamente, es aún mejor cuando el dueño de la mascota tiene una cierta tendencia a ser neurótico.
La unión entre los perros y el dueño de sexo masculino puede tener raíces en sus ancestros, los lobos, especie en la que los géneros tenían papeles sociales muy diferentes, según la autora de la investigación, Manuela Wedl, de la Universidad de Viena, en Austria.
Los hombres y mujeres dueños de cachorros fueron sometidos a un test en el que tenían que mirar 15 fotos de perros en las paredes de una gran sala. Cada uno tenía que escribir tres palabras asociadas a cada figura. En realidad, la actividad era para mantener a los voluntarios ocupados, pues lo que realmente interesaba a los investigadores era lo siguiente: Mientras una persona miraba las fotos, los científicos harían que su propio perro entrara en la sala de improviso. Los investigadores registraban, entonces, con qué velocidad el animal se acercaba a su sueño y cuanto tiempo permanecía cerca de él.
Antes del test, los participantes habían llenado un cuestionario que determinaba su personalidad y sentimientos hacia sus mascotas.
Los hombres que se describieron como “un poco inseguros, ansiosos, así como menos extrovertidos y agresivos”, tendían a tener perros con las mismas características, debido al contacto constante. Entre ellos, la unión era prácticamente magnética, de tan rápida e intensa: los perros tomaban el camino más corto hasta sus dueños y permanecían junto a ellos.
Esa tendencia a estar cerca disminuía en los hombres menos ansiosos y más seguros, y era aún menor en las mujeres. El camino recorrido era más largo, con curiosidad y desvíos hacía otros lugares y objetos, antes de llegar al dueño.
A los dueños de ambos sexos cuyos cuestionarios mostraban que era muy importante la calidad de tiempo que pasaban con sus animales, el período de permanencia de los perros junto a ellos en la sala también era mayor – aún así, ese tiempo era mayor en los hombres que en las mujeres.