Congreso para el progreso

María del Carmen: «Antes de llegar al Congreso para el Progreso, mi vida económica se encontraba deteriorada. En nuestra familia teníamos necesidades. Durante diecisiete años vivimos de prestado, en la casa de mis padres. Con mi esposo trabajábamos, pero no llegábamos a cubrir los gastos. Siempre estábamos con un atraso en los pagos o con una deuda. Nunca podíamos ir de vacaciones o salir a comer. Era triste ver cómo ingresaba el dinero a nuestra economía y, con rapidez, desaparecía. Nuestro sueño era terminar la casa y poder comprarnos un vehículo, pero no podíamos.
Al participar de las reuniones de la Iglesia Universal, empecé a oír la palabra, ser orientada y escuchar que Dios quería ver grandes cosas en nosotros, no lo que estábamos viviendo. Hice una alianza con Dios, mi vida cambió por completo y mi esposo con mis hijos conquistaron la empresa. Terminamos nuestra casa en Buenos Aires, conquistamos nuestro primer vehículo y cada año lo íbamos cambiando. Luego adquirimos una casa en San Luis y la usamos para vacacionar. Mis hijos también lograron tener cada uno su auto cero kilómetros.
Desde entonces, pudimos salir y disfrutar las conquistas. También comencé a ayudar en la empresa, en la parte administrativa. Fue un gran giro. De no tener nada, pasamos a tener vehículos y casas. Dios transformó mi vida y soy feliz».
Acérquese a la reunión del Congreso para el Progreso, una conferencia motivacional que se realiza en todas las Universal del país. Los lunes, a las 8 h, 10 h, 16 h y 20 h.
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