Congreso para el progreso

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Ellos ESTABAN en la miseria, PERO tuvieron un cambio económico

 

El dinero no me alcanzaba para comer. Empecé a perseverar los lunes y experimenté un cambio económico. Pude elegir el trabajo que quería y ganar bien.

 

 

 

Vivía en la misera. Caí en el fondo del pozo cuando salí a robar y terminé preso. Hoy soy empresario, tengo tres camionetas, departamento y casas.

 

 

 

Al asistir a las reuniones de los lunes, viví un cambio en mi economía. Conseguí un trabajo nuevo, pagué las deudas, recuperé mi casa y compré un campo.

 

 

 

Ganaba muy poco dinero, pero comencé a concurrir a las reuniones y tuve un cambio en mi economía. Mi autoestima creció, ahora trabajo por mi cuenta y gano más.

 

 

 

 

Tenía un juicio trabado desde hacía dieciocho años. Hice una alianza con Dios y lo pude cobrar. Fue el triple de lo que esperaba. Gracias a Él, tuve un cambio económico.

 

 

 

No tenía trabajo. Buscaba alimentos en la basura y hasta robaba comida. Conocí la reunión y mi economía cambió. Hoy tengo un almacén y propiedades.

 

 

 

Necesitaba un cambio económico porque los empleos no me duraban. Empecé a ser constante en las reuniones y conseguí un trabajo. Pasaron ocho años y aun sigo allí.

 

 

 

Con mi esposa no comíamos para que mis hijos pudieran hacerlo. Hice una alianza con Dios y nuestra economía se transformó. Puse un taller y compré autos.

 

 

 

 

Tenía deudas y no podía comprar alimentos. Perseveré en las reuniones y experimenté el cambio que necesitaba. Mi negocio prosperó y pagué lo que debía.

 

 

 

Vivía con lo justo, pero mi economía cambió al asistir a las reuniones de los lunes. Entonces, con mi esposo conquistamos una casa y un auto cero kilómetros.