Congreso para el progreso

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Estas personas estaban avergonzadas, pero dios las honró

Soy abogada y estaba avergonzada porque no tenía dónde atender a mis clientes. Perseveré en las reuniones, fui honrada y hoy tengo mi estudio jurídico propio.

 

 

 

En mi familia sentíamos vergüenza porque no teníamos para comer. Comenzamos a ser fieles en las reuniones y Dios nos honró. Hoy tenemos mueblerías y vehículos

 

 

 

Mi esposo estaba avergonzado porque le debían dinero. Luego de asistir todas las semanas a las reuniones, él fue honrado y cobró un juicio.

 

 

 

Me sentía avergonzado porque crecí en la miseria. Empecé a ir los lunes a las reuniones y Dios me honró. Hoy hago trabajo de herrería, tengo mi casa y un auto cero kilómetros.

 

 

 

Sentía vergüenza porque tenía que juntar cartón para darles de comer a mis hijos. Concurrí a las reuniones y Dios me honró. Hoy tengo una pañalera y mi auto.

 

 

 

Estaba avergonzada porque solo tenía arroz para comer. Hoy tengo trabajo, casa, auto y un emprendimiento. Pasé de la vergüenza a la honra.

 

 

 

Con mi esposo estábamos avergonzados porque trabajábamos mucho, pero el dinero no nos alcanzaba. Pero Dios nos honró y hoy tenemos nuestro propio taller.

 

 

 

Estaba avergonzada porque no podía vivir dignamente. Pero comencé a participar de las reuniones y fui honrada. Hoy tengo mi negocio y un departamento.

 

 

 

Sentía vergüenza porque vivía mendigando un trabajo. Pero, al asistir fielmente a las reuniones, pasé de la vergüenza a la honra y pude abrir un negocio.

 

 

 

Me sentía avergonzada porque no lograba emprender. Empecé a asistir los lunes, Dios me honró y me dio sabiduría para tener mi negocio de productos capilares.