Camine humildemente con su Dios

Camine humildemente con su Dios

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La humildad es una de las virtudes de la mujer que teme al Altísimo

No hay nada más glorioso que postrarnos delante de nuestro Dios… eso requiere humildad para reconocer que no somos nada sin Él, y lo mucho que Lo precisamos.

Una de las cualidades de la mujer que sirve al Señor Jesús de todo corazón es la humildad. Muchos la confunden con la pobreza, pero no tiene nada que ver con el hecho de que una persona tenga más condiciones financieras que la otra.

La humildad es la esencia de vida de Cristo. Cuando la Palabra de Dios menciona que “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes” (Santiago 4:6), significa que el corazón soberbio debatirá con Dios hasta el punto de no darle chances de obedecer Su voz. Mientras tanto, el humilde será bendecido por su Señor. Es necesario entender que si queremos seguirlo, es fundamental que caminemos humildemente con Él.

Evalúe su trato con las personas, el relacionamiento, su posicionamiento entre los demás. ¿Solamente su opinión es la que tiene que predominar? ¿Son solo sus decisiones las que pueden ser únicas y exclusivas en las reuniones de trabajo? ¿Trata a los demás con un aire superior?

El propio Señor Jesús se humilló al punto de morir en la cruz, dejando su trono en el cielo, para revestirse de carne humana. Todo por obediencia. Además, la naturaleza esencial de Jesús se encuentra en la humildad.

Entonces, deje de lado cualquier orgullo porque eso no le añadirá nada en su vida con Cristo. Recuerde que en los corazones humildes, Dios siempre encontrará espacio para hablar y actuar. Diga al Señor: “Padre yo preciso de ti, reconozco tu poder en mi vida, sin Ti nada puedo hacer, dirige mis pasos, y enséñame todos los días a andar en Tu presencia humildemente.”