Atrasándose a sí mismo

Atrasándose a sí mismo

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Las emociones nos atrasan, no nos dejan progresar, pensar ni planear nada

Todo el mundo está siempre corriendo. Corriendo por la mañana – para llegar a la escuela o al trabajo -, corriendo para tener un intervalo, corriendo para terminar algo, corriendo en el tránsito, en fin.

Vivimos en una sociedad-express. Si internet no anda lo suficientemente rápido las personas se enojan (por lo menos yo me enojo). ¿Quién tiene tiempo para perder en los días de hoy?

Y aún así muchas personas se atrasan a sí mismas cada minuto del día. ¡No me malinterprete! Ellos están corriendo, están trabajando, están haciendo algo. El problema es que casi nunca están pensando.

Usted puede estar extremadamente ocupado todo el día y, aún así, no puede hacer lo que necesita cuando no piensa. Usted retrasa su progreso en encontrar mejores maneras de hacer lo que hace y, cuando aparecen los problemas, reacciona de una forma emotiva. Usted quiere llorar o encontrar un hombro donde llorar, cuando en verdad, sabe muy bien que eso no va a solucionar su problema – pero usted lo hace de todas formas.

Ese estado emocional hace que usted sienta pena de sí mismo. Usted busca en su banco de memoria, para llorar un poquito más cada vez que recuerda lo que sucedió y las palabras que fueron dichas. Yo sé como es. A veces, los recuerdos tristes simplemente aparecen en nuestras mentes. ¡Yo ya llené mis ojos de lágrimas por ese motivo!

Las emociones nos retrasan, no nos dejan progresar, pensar ni planear nada. Fueron creadas para ser muy humanas, muy débiles.

Si usted se encuentra en una prisión de emociones, recuerde cuánto retraso está trayéndose a sí mismo. Use su mente para pensar en lo que va a hacer con su vida.

Use su fe.

En la fe,

Extraído del blog del obispo Macedo

21 Días del Ayuno de Daniel

El primero de agosto dio comienzo la Campaña de 21 días del Ayuno de Daniel. Este propósito fue realizado por primera vez, en la primera parte de este año, durante el período del día 28 de marzo hasta el día 17 de abril, que dio resultados maravillosos en la vida de quien se lanzó de cuerpo, alma y espíritu. En esta fe, millones de personas fueron bautizadas con el Espíritu Santo, inclusive muchos niños tuvieron una experiencia extraordinaria con Dios.

Muchos que dejaron de ver la televisión, acceder a Internet y alimentar el alma con entretenimientos recibieron el sello divino y el avivamiento del Espíritu de Dios.

El Ayuno de Daniel es una gran oportunidad para quien aún no nació de Dios, y quiere tener un encuentro con Él. También lo es para aquellas personas que anhelan un crecimiento espiritual aún mayor de lo que ya tienen. Es con el Bautismo del Espíritu Santo que nos damos cuenta lo inmaduro que éramos, y cuán dependientes éramos de los demás respecto a nuestra propia vida espiritual. Por todo eso y para alcanzar esta transformación, participe de la campaña y luche para recibir el sello de Dios.