Amigo, por favor no se atrase

Usted tiene un compromiso marcado de aquí a algunas horas, sin embargo, sabe que no llega con el tiempo. ¿Qué haría en esta situación, cuando todo está arreglado y la persona lo está esperando?
Sí, amigo, hay momentos en la vida en los que nos enfrentamos con un competidor implacable: el tiempo. Él no espera, simplemente corre y no hay nadie que lo detenga. Y peor aún, una vez que lo haya perdido, no hay manera de recuperarlo.
Fue, para aprender a transformar a ese «competidor» en un aliado, que muchos hombres participaron del noveno encuentro del «Año de la Disciplina», promovido por el Proyecto IntelliMen. La reunión se realizó en el Templo de Salomón, en San Pablo.
«Si hay algo que usted no puede devolver o compensar es el tiempo de una persona. Ni el suyo ni el de nadie. Cuando rompe algo, usted puede agarrar dinero y pagarlo. Pero cuando le saca 1 minuto, media hora, 1 hora o 1 día de vida a una persona, nunca podrá compensarlo. No puede poner la mano en el bolsillo y decir «aquí está, 1 día de nuevo para usted.» O «aquí está, de vuelta, el tiempo que desperdicié de su vida.» Usted no puede hacer eso. En realidad, eso es un robo. Y uno de los robos más crueles, porque no se puede compensar», destacó el escritor y conferencista Renato Cardoso, que condujo el encuentro.
Las personas de valor conocen el valor del tiempo
El desperdicio de tiempo puede ocurrir en varias áreas de la vida de una persona, como, por ejemplo, en el trabajo – cuando el empleado no organiza su rutina de tareas y nunca cumple con los plazos – o cuando la persona dice que no tiene tiempo para buscar la presencia de Dios.
«¿Si junta todo el tiempo que desperdicia y lo usa en algo más provechoso, cuánto más adelante estaría hoy? Por ejemplo, si usted calculara el tiempo que gasta viendo televisión o con cosas inútiles, y usara esas mismas horas para hacer algo útil, tal vez invirtiendo en su negocio o en algún tipo de conocimiento, aprendiendo un nuevo idioma, haciendo un curso relacionado con el trabajo que ejecuta, ¿cuánto más adelante estaría? Eso es disciplina, que usted sepa la diferencia entre las cosas tontas y las cosas sabias», aconsejó Cardoso.
La tardanza, la prisa, la lentitud y las cosas insignificantes que nos distraen son algunos de los enemigos del tiempo. Por eso, si queremos que el tiempo sea nuestro aliado, necesitamos mantenernos distantes de esas palabras.
El 5 de noviembre se realizará la decimoprimera reunión del «Año de la Disciplina» a las 10h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro y por videoconferencia para el resto del país.